Ser un buen profesor de ELE

Hay una consabida canción escolar que dice así: "para ser conductor de primera, acelera, acelera..." me gustaría tomar esta breve estrofa para reformularla en otro ámbito y llevarlo al campo ELE e incluso invertir el sentido de lo que dice la canción. "Para ser profe de Español como Lengua Extranjera, frena, frena, frena, frena..."

Pienso que muchas veces las personas tenemos la tentación de pasar rápido, deprisa, sin fijarnos en los detalles que nos rodean. Cuando viajamos, hay un ansia por verlo todo, y asistir a todos los lugares históricos o emblemáticos, hacer miles de fotos, subirlas a Instagram y demostrar lo bien que nos lo pasamos y lo 'guays' que somos a los demás. Todo ello sin saborear, sin disfrutar, sin captar la belleza de cada momento, y sin entablar relaciones auténticas con las personas que nos topamos en nuestro camino. 

Esta inercia en la que vivimos en la actualidad de la sociedad líquida (Bauman) de usar y tirar, de consumir productos enlatados, de la comida rápida y de las compras por Internet, se nos pueden pegar en nuestra práctica profesional. Sea cuál sea. El médico que atiende rápido a su paciente, porqué sólo tiene 5,20 minutos para cada uno; el carnicero que no da conversación a la clienta porqué eso es perder el tiempo y él tiene que vender cuantos más filetes mejor; la camarera que va de bólido de un lado a otro de la terraza del bar y mira, pero no ve; el juez que dicta sentencias "como churros" porqué en la misma mañana tiene 8 juicios o vistas y no puede dedicarles el tiempo que merece cada caso, etc. Y sí, llegamos, al profesor de lengua extranjera, en concreto de Español como Lengua Extranjera (conocido como ELE). Podemos entrar en la dinámica de ir 'a todo trapo', cumplir con el programa del Centro previsto, cuadrar perfectamente los horarios y tiempos de clase y acabar dando clases a las paredes, porqué quizá los alumnos han desconectado desde el minuto 15 de 50.

Para no caer en la tentación de ser unos profesores "cumplidores de la Ley" y que la literalidad de la letra (el Programa) mate el espíritu de la misma (sus destinatarios, los alumnos). Lo que es conocido como el fin de las cosas o carácter teleológico de las cosas, propongo unas píldoras de reflexión sobre lo que para mí es ser un buen profesor de ELE. Para hacerlo más visual comparto una presentación que he editado. 

¡Espero vuestros comentarios!

"Para ser profesor de Español como Lengua Extranjera: frena, frena, frena, frena..."